sábado, 12 de julio de 2008

EL CAJÓN DESASTRE DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Hace ya varios años que asistimos a la configuración de los medios de comunicación y de los periodistas como "poder" supremo de la sociedad. Ejercen un poder tal, que además de acercar a los ciudadanos a conocer lo que pasa en cualquier parte del mundo tan sólo unos minutos después de que hubiera ocurrido; junto con el comentario objetivo de la noticia, también se les hace saber la propia opinión del periodista al respecto, y todos los argumentos posibles para que se pueda justificar esa opinión, pero sin conocer los puntos de vista contrarios.
Y ahí hay que tener cuidado porque en ocasiones esa libertad de expresión puede encerrar en sí misma una falta de libertad. Eso ocurre cuando la opinión personal del periodista no busca ayudarnos a que nosotros podamos libremente construirnos nuestra propia opinión, sino que más bien se trata de hacernos asimilar la ajena.
Este atentado al concepto mismo de "libertad de expresión" es mucho más agresivo cuando la opinión, menoscaba el derecho al honor o a la intimidad de otra persona, y respecto a ello no hace falta que ponga ejemplos, porque son muchos los que vemos periódicamente.
La libertad de expresión es para algunos un paragüas bajo el que resguardarse porque con sólo mencionarla ya todo vale, la han convertido en un derecho supremo, superior a los demás, y no se han dado cuenta que su falta de responsabilidad la vamos a pagar todos. La barbarie llega cuando algunos quieren justificar la libertad de expresión respecto a la colaboración con banda armada, y para muestra la siguiente noticia:


10º ANIVERSARIO DEL CIERRE DE "EGIN"


Hernani acoge un acto por la libertad de expresión


El martes se cumplirá una década desde que centenares de policías fuertemente armados cerraran ''Egin'', en un claro intento del Gobierno español de silenciar la voz de una parte de la sociedad de Euskal Herria. Esta tarde Hernani acogerá un acto para recordar aquel periódico que fue la "voz de los sin voz".

miércoles, 9 de julio de 2008

EL FÚTBOL NOS HACE LIBRES

Hace unos días tuvimos la suerte de vivir un acontecimiento histórico, la selección de fútbol española ganó la Eurocopa, éramos campeones y nos sentíamos félices. No había nada que nos unía tanto como la selección y que nos hacía salir a la calle a gritar: ¡España, España! o ¡Viva España! los más osados; tres cuartas partes de españoles ondeaban con orgullo una bandera de España; y tocaba como si de un número 1 en los 40 Principales se tratara la canción de Manolo Escobar que quizá algunos niños olleran por primera vez.

Todos estábamos contentos de sentirnos españoles, políticos de izquierdas o de derechas, apolíticos, gentes de cualquier profesión y sensibilidad, todos eramos españoles y lo gritábamos sin miedo a que nos llamaran "fachas". Aquella noche del domingo y durante todas esa semana, vivimos en LIBERTAD, nadie nos coaccionaba por hablar abiertamente de nuestros sentimientos y emociones. Nadie excepto, a tenor de lo dicho en el Telediario, los ciudadanos del País Vasco.